Próxima expansión en puertos clave para aumentar la capacidad de exportación de México.

Se espera que una significativa y renovada capacidad en la manipulación de carga entre en línea en 2018, de acuerdo con un informe publicado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en enero, con proyectos adicionales en proceso programados para impulsar aún más el rendimiento.

La secretaría dijo que los dos proyectos finales de 15 etapas, con un coste de 12 mil millones de pesos mexicanos (653.5 millones de dólares), suponiendo una mejora para el Puerto de Lázaro Cárdenas en la costa del Pacífico, estarán terminados a mediados de año, aumentando la capacidad de manejo de carga en un 74% con 47 millones de toneladas al año. Además, la secretaría anunció que una terminal automotriz especializada sería construida en dicho lugar.

En el Puerto de Manzanillo, también en la costa del Pacífico, se programa que el desarrollo de una terminal multipropósito y la expansión del área existente portuaria estén completados en el primer trimestre, aumentando la capacidad a 44 millones de toneladas.

En otra parte, el Puerto de Altamira está experimentando una gran reestructuración, la cual conocerá un incremento de 15 millones a 36 millones de toneladas en su capacidad de manejo anual, una vez que se ponga en línea en la segunda mitad del año.

Mientras tanto, el desarrollo de terminales de combustible en el Puerto de Veracruz, que estará completado a mediados de 2018, y en el Puerto Lázaro Cárdenas, que se espera que esté operativo a finales del próximo año, ofrecerá una capacidad adicional para cumplir un aumento en la demanda nacional de productos derivados del petróleo, y ello aumenta la posibilidad de convertir a Lázaro Cárdenas, el puerto más profundo de México, en un canal de distribución para la región.

El proyecto de expansión más amplio puesto en marcha en Veracruz es de particular importancia, ya que es el puerto más grande en la costa este de México. Además del combustible, existen otras cuatro terminales que se están construyendo – a granel, mineral, agrícola y multipropósito – con un coste de 1.7 mil millones de dólares, permitiendo que el puerto cargue 110 millones de toneladas de mercancías combinadas al año. El trabajo está programado para completarse a finales del año.

Las exportaciones automotrices impulsan la actividad del puerto.

Estas renovaciones vienen en medio de un crecimiento de dos cifras tanto en movimientos de contenedores como en envíos automotrices.

En el último año, los puertos de México cargaron 6,4 millones de mercancías equivalentes a unidades de veinte pies, un aumento del 12,2% en 2016, de acuerdo con un informe publicado por el Coordinador General de Puertos y Marina Mercante.

El crecimiento de la producción fue fuerte en ambas costas, con Manzanillo viendo un incremento en el tráfico de carga de 9,8% a 2,8 millones, mientras que Veracruz avanzó 1,1 millones, subiendo un 15,7%.

El envío saliente de vehículos también se disparó, con exportaciones acelerándose un 12,1% a 3,1 millones, según las cifras de la Asociación Mexicana de la Industria del Automotriz. De esa cifra, 2,3 millones de vehículos fueron enviados a Estados Unidos, con un aumento de 9,4%.

Crecientes volúmenes de carga y crecimiento del sector energético.

Según los inversores de la industria, la necesidad de nuevas instalaciones para el manejo de carga se está volviendo urgente al haber muchos centros marítimos operando a plena o casi plena capacidad, con muchos puertos secundarios absorbiendo la demanda. Uno de esos centros es el Puerto de Tuxpan, el cual ha tenido una actividad adicional debido al desbordamiento de Veracruz.

Igualmente se están desarrollando proyectos específicos para respaldar el incremento de la actividad de extracción de petróleo y gas tras la liberación del sector en México en 2014.

Los proyectos en aguas profundas – como el campo Trion en el Golfo de México, que lo está desarrollando Pemex y BHP Billiton – han exacerbado la necesidad de una mayor capacidad portuaria debido a la creciente demanda de instalaciones dedicadas a la manipulación de hidrocarburos, así como mayores requisitos de carga en la etapa de preproducción.

La tendencia a la creciente presión en la infraestructura marítima continuará probablemente en los próximos años. En el primer trimestre de 2018, se subastarán los derechos de asociación para el bloque de aguas profundas Nobilis-Maximino, el cual tiene depósitos estimados en 500 millones de barriles de equivalente de petróleo; se espera que el proyecto entre en línea sobre el 2024.

También se necesitará una mayor capacidad de producción portuaria para apoyar a las industrias de las últimas etapas, según Pedro Bojacá, director gerente del fabricante de químicos Lanxess.

“México necesita desarrollar su infraestructura portuaria para reforzar su crecimiento económico en los sectores clave, como el sector petroquímico”, anunció a OBG en una reciente entrevista. “Esto permitirá una interacción más rápida entre los actores de la cadena de suministro, facilitando el crecimiento económico”.

Los proyectos especializados en curso para apoyar al sector energético incluyen el Puerto de Alvarado, diseñado para alojar buques que sirven a plataformas petrolíferas en la región y que actualmente está en la fase inicial de diseño e ingeniería.

Fuente: Oxford Business Group.

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